
Según recientes análisis de importantes instituciones financieras de Wall Street, como Morgan Stanley y Bank of America (BofA), Argentina estaría encaminada hacia un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) durante 2025, lo cual se considera esencial para la estabilidad económica del país.
Este acuerdo podría contemplar un primer desembolso que oscilaría entre los 5.000 y 10.000 millones de dólares, condicionado al cumplimiento de metas fiscales y reformas en la política cambiaria. Ambas entidades financieras coinciden en que este pacto sería crucial para refinanciar la deuda y fomentar la llegada de inversiones extranjeras.
Respecto al tipo de cambio, se proyecta que el sistema actual podría evolucionar hacia una "flotación sucia", con la unificación del dólar a alrededor de 1.400 pesos para diciembre de 2025. Esto incluiría la eliminación progresiva del dólar blend y una menor intervención del Gobierno en el mercado paralelo. También se espera que el Banco Central logre acumular hasta 7.000 millones de dólares en reservas durante este año, lo que facilitaría una gradual salida del cepo cambiario y reforzaría la confianza del mercado.
Las proyecciones de BofA y Morgan Stanley sugieren que el acuerdo con el FMI podría extenderse hasta 2028, con un enfoque en la reducción del déficit fiscal y la implementación de ajustes estructurales. En particular, se prevé que el gobierno de Javier Milei consiga un superávit primario de 1,3% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2025, mediante una reducción del gasto público del 30% en términos reales y la eliminación de subsidios energéticos. Estas medidas serían clave para recuperar el acceso al crédito internacional y permitir a Argentina emitir bonos soberanos por 3.000 millones de dólares a mediados de 2025.
Tanto Morgan Stanley como Bank of America enfatizan la importancia de la acumulación de reservas para garantizar la estabilidad del tipo de cambio. Además, advierten sobre los riesgos de posibles demoras en las negociaciones con el FMI o de factores externos que podrían impactar la estabilidad económica.
En cuanto a las recomendaciones de inversión, ambas entidades tienen una perspectiva positiva sobre los bonos soberanos argentinos. BofA aconseja sobreponderar títulos como los Globales 2030 y 2038, debido a su atractivo rendimiento frente a otros mercados emergentes. Por su parte, Morgan Stanley destaca el potencial de las empresas energéticas y exportadoras, que se verían beneficiadas por una mayor flexibilidad cambiaria. Asimismo, se espera que Argentina sea reincorporada a los índices de mercados emergentes de MSCI, lo que incrementaría el interés de los inversores internacionales.
El Gobierno de Milei tiene por delante el desafío de definir los términos del acuerdo con el FMI en los próximos meses y de establecer una estrategia para normalizar el sistema cambiario. Aunque el mercado anticipa un acuerdo para abril, los plazos podrían extenderse dependiendo de las negociaciones. En paralelo, la acumulación de reservas será clave para mantener la confianza de los inversores y avanzar en la eliminación de restricciones cambiarias.
Mientras tanto, el ministro de Economía, Luis Caputo, ha optado por no dar detalles precisos sobre el acuerdo, adoptando una postura reservada. No obstante, los mercados permanecen atentos a cualquier indicio oficial sobre la política económica de 2025. En este escenario, la disciplina fiscal y la acumulación de reservas serán fundamentales para consolidar la recuperación económica y atraer inversiones a largo plazo.
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