El dólar blue continúa su ascenso y pasó de cotizar a $1.050 el 6 de diciembre a $1.165 este martes, registrando un aumento de $115 en apenas siete días hábiles. Diversos factores explican esta escalada, entre ellos, los efectos estacionales y algunas decisiones recientes de política monetaria adoptadas por el Banco Central (BCRA).
El directorio del BCRA, bajo la conducción de Santiago Bausili, decidió reducir la tasa de interés de referencia de 35% a 32% anual, lo que dejó el rendimiento efectivo mensual en 2,67%. Aunque esta cifra está por debajo de la inflación de octubre (2,7%) y superior a la de noviembre (2,4%), no parece ser suficiente para frenar el aumento de los dólares paralelos. Esta reducción de tasas, anunciada el 5 de diciembre, fue seguida por un alza en el blue al día siguiente, lo cual no fue casual. El presidente Javier Milei había manifestado previamente su preocupación por los efectos negativos que una caída excesiva de los dólares paralelos podría generar en las empresas y en la economía en general.
El recorte de tasas era una medida anticipada por el mercado, que esperaba que el BCRA tomara esta acción en el mediano plazo. Según la analista Elena Alonso de Emerald Capital, a medida que la inflación disminuye, se busca reducir la tasa de interés para ajustar la devaluación y los rendimientos de los instrumentos en pesos a la evolución de los precios.
Uno de los objetivos de esta medida es fomentar el consumo y la actividad económica, ya que al haberse absorbido una gran cantidad de pesos en el sistema, se busca reactivar la liquidez y promover el crédito. Esta estrategia también tiene implicancias en los tipos de cambio, ya que la moneda estadounidense está actualmente relativamente barata en Argentina. La reducción de tasas presiona al alza los tipos de cambio paralelos, pero aún hay margen para ajustes sin que se generen mayores problemas.
El mercado también percibe que los dólares paralelos estaban subvalorados, lo que llevó a un aumento significativo de los financieros el 17 de diciembre, con una subida que extendió la racha alcista y una brecha superior al 10% respecto del tipo de cambio oficial.
Por otro lado, el pago del aguinaldo y bonos de fin de año ha incrementado la circulación de pesos, lo que también favorece la demanda de dólares en el mercado informal. La combinación de estos factores estacionales y coyunturales ha impulsado la suba de los dólares paralelos.
Otro elemento a considerar es el fin de la primera etapa del blanqueo, que finalizó el 8 de noviembre. Esta medida permitió exteriorizar dólares en efectivo, lo que ayudaba a mantener el tipo de cambio estable y proporcionaba al BCRA un flujo de divisas que contribuía a aumentar las reservas. Sin embargo, con la conclusión de esta fase, es incierto cómo se desarrollará la tendencia futura.
El Gobierno, confiado en que el tipo de cambio estaba en niveles bajos tanto nominal como real, permitió que el mercado ajustara el valor del dólar, pero sabe que la situación puede volverse insostenible, como ocurrió en mayo tras un recorte de tasas excesivo. Aunque la tasa aún es positiva en términos reales, la dinámica estacional podría dificultar el control de la evolución cambiaria. Es probable que el Gobierno implemente medidas para evitar que esta tendencia descontrole la calma cambiaria lograda hasta el momento.
El Ejecutivo espera que el ingreso de divisas por parte del sector agroexportador ayude a mitigar la presión cambiaria, mientras aguarda los fondos del Fondo Monetario Internacional. No obstante, la creciente demanda de dólares podría generar dificultades, especialmente con la proximidad del fin del impuesto PAIS, programado para el 23 de diciembre. Si no se implementan medidas para desalentar la compra de dólares destinados a turismo, es probable que la demanda de divisas aumente, lo que podría impactar negativamente en las reservas y agravar la situación de los dólares paralelos.
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