El Gobierno nacional oficializó mediante el decreto 145/2025, publicado en el Boletín Oficial, el pago de un bono extraordinario de $70.000 para los jubilados que perciben el haber mínimo. Esta medida, que se suma al reciente ajuste del 2,21% en las jubilaciones, forma parte de un esquema de actualización mensual de las prestaciones previsionales, determinado por la evolución de la inflación según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC.
Con esta actualización, los beneficiarios del sistema previsional recibirán los siguientes montos:
Jubilación mínima: $279.121,71 más el bono de $70.000, lo que totaliza $349.121,71.
Jubilación máxima: $1.878.224,88.
Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM): $223.297,36 más el bono, alcanzando $293.297,36.
Pensiones No Contributivas (PNC) por Invalidez o Vejez: $195.385,19 más el bono, sumando $265.385,19.
Aquellos titulares cuyos ingresos totales sean iguales o inferiores al haber mínimo previsional garantizado recibirán el bono completo. Por otro lado, quienes superen ese monto recibirán un bono reducido, ajustado para complementar hasta alcanzar el total del haber mínimo más el bono completo.
La normativa también aclara que, en el caso de pensiones con varios beneficiarios, el bono será entregado como si fuera un único titular.
Aunque los jubilados de menores ingresos han recibido un bono de hasta $70.000 en los últimos meses, este beneficio no se incorporó al haber mensual ni se ajustó por inflación, lo que ha llevado a una pérdida progresiva de su valor real. Además, al no ser parte del haber jubilatorio, el bono no se considera para el cálculo del aguinaldo, lo que significó una merma adicional en los ingresos de los jubilados.
En cuanto a los aumentos de las jubilaciones, si bien los montos nominales aumentaron, estos ajustes no lograron superar la inflación. En 2024, la jubilación mínima con bono subió un 105,1%, la PUAM aumentó un 99% y las PNC crecieron un 95,1%. Sin embargo, la inflación interanual medida por el INDEC fue del 117,8%, lo que provocó una pérdida del poder adquisitivo para los beneficiarios. En particular, los jubilados que perciben la mínima experimentaron una caída del 5,8% en su poder de compra, mientras que los titulares de pensiones no contributivas sufrieron una reducción del 8,6%.
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